domingo, 12 de mayo de 2024

De cambios de dimensión (no existen)

 


Hace unos años que llegó el Real Madrid al fútbol femenino. Fue sintomático que lo hicieran cuando ya no había tiempo para cumplir el trámite de la fusión con una asamblea y tuvieron que quedarse con el nombre de CD Tacón para ese primer año. A pesar de todo lo que se escribió por parte de los ya destapados voceros no ha habido ningún cambio de dimensión.

Cinco años después de la famosa portada del Marca, no diría que el Real Madrid Femenino no sea un fiasco, pero ni por asomo ha cumplido las expectativas generadas. De entrada su aparición sólo sirvió para una extraña alianza con la RFEF, reventar el débil modelo televisivo que paliaba la falta de ingresos de estos clubes y detener la profesionalización de las jugadoras.

Es significativo que fuese el derby de ayer en el Estadio Alfredo Di Stefano fuera el primero en el que hubo entradas para afición visitante. Hasta ahora el Real Madrid no vendía más entradas que a sus socios. Ni siquiera se ha aventurado a abrir el Bernabeu para un partido, como sí han hecho otros equipos, algunos infinitamente más humildes. 

Y es que si han llegado a conquistar el segundo puesto en la Liga F y han jugado la Champions League femenina, todavía no han llegado a competir por ambos títulos. Su propia afición no les toma en serio. Pero hay que ser honestos. Era muy pretencioso pensar que la sola llegada iba a significar el salto definitivo, algo que no ha conseguido un evento casi heroico como la conquista del Mundial el pasado verano.

Proyectos más asentados como los de FC Barcelona y Atlético de Madrid muestran sus partidos en familia. Sólo salen de esa dinámica en puntuales días festivos, en los que se abren las puertas del estadio grande. O cuando un título se celebra en el prolegómeno del partido del equipo masculino...

Volviendo al caso del Real Madrid, el derby de ayer (clásico es otra cosa, no una etiqueta reciente y paralela) tiene por tanto una vertiente positiva. Se puede y se debe abrir al público. Ayer los goles de uno y otro equipo se celebraron, se veían camisetas de ambos equipos, se escucharon gritos y cánticos de ambas aficiones. Eso sí, es poner las bases del cambio de dimensión. 

Sr. Pérez: No vuelva a cerrar las puertas, deje que la gente vaya a Valdebebas, deje que la gente pueda disfrutar del fútbol de esas grandes jugadoras, no todo es la televisión. Ese final en el que las jugadoras firmaban camisetas y charlaban con la gente de la grada es el ingrediente que faltaba, el que hechiza al público en estos tiempos de comunicados y  millones de followers en las redes, pero frialdad en el trato.

En cuanto al partido, pues el Real Madrid llevó el tempo del partido, pero sin alma y sobre todo sin plan. Marcó puntualmente en una buena jugada y luego en un rechace. Linda Caicedo me recordaba esos extremos de balonmano que ocupan el vértice hasta que un pase y un despiste defensivo les da ocasión de lucirse. Y así el resto de buenas jugadoras que han ido trayendo, esperando un momento de genialidad o un error defensivo.

El Atleti no fue mejor, pero tuvo oficio. Esperó su momento. Incluso encontró el empate casi a continuación del gol de Møller (por cierto, genial el toquecito de Brunn) para no permitir ilusiones. Y supo apretar en la segunda parte, concretando con los goles y las mejores ocasiones. En ese partido, el Real Madrid de hoy todavía no puede competir. Ya veremos más adelante. Sí, apareció Lola, pero más paradas tuvo que hacer Misa. Junto con las delanteras, también aparecieron Olga Carmona y Claudia Zornoza, pero más y mejor se vió a Eva Navarro, Rash Ajibade, Ludmilla y Ana Vitoria.

El Atleti de hoy tampoco puede competir con el Barcelona, ha permitido con su mala adaptación a estos tiempos y la mala planificación que el Real Madrid le adelante en la tabla. Pero sigue teniendo ascendiente sobre el nuevo rival. Aún duele esa final de Butarque. Veremos mañana. La moraleja de esta historia es que sólo con el nombre no se gana.

Un saludo del Abu

Pd. Que no se me olvide. Todavía hay que certificar esa plaza de Champions.