Supongo que un día se acabarán estos triunfos. No, no es que dude acerca del origen de los mismos, ya que van unos cuantos años que se consiguen, así que es lógico deducir que la tecla se apretó tras un plan y nunca por casualidad. Al menos, no tras la primera vez.
Empiezo, y como yo me imagino como unos cuantos, a pensar en las finales como algo normal y temo vislumbrar la ausencia de títulos como un fracaso. Bendito temor. Ese que deben tener los equipos acostumbrados a lo más alto como Madrid, Barça, Milan, Manchester, etc. Exigencia, lo llaman.
Hace unos días escribía sobre una de nuestras glorias. El Atleti de Balonmano. Un buen ejemplo: Un equipo cuyo logro exterior había sido llegar, que no ganar. Eso era el deporte español a nivel de equipos. Supongo que aquella final ante la Metaloplastika allanó el camino para que el Ciudad Real, el San Antonio, el Valladolid o el Barça se hincharán a ganar títulos posteriormente.
Por eso cuando veo triunfos y finales por doquier quiero recordar aquellos domingos de Davis en los que nuestro sueño era que Casal hiciera la machada tumbando a Becker para llegar a semis. En el caso del baloncesto, esos partidazos ante Italia, Yugoslavia o la Unión Soviética para quedarnos apeados en cuartos y jugar por el quinto puesto cuando parecía que ese era el año.
Argentina volverá a ser el rival, esta vez en terreno patrio. Será en tierra batida y será ante un muy buen equipo: Del Potro tiene un Grand Slam y Nalbandián a lo mejor recupera ese tenis que muestra muy de tarde en tarde y que le podría haber llevado a ser, al menos de los mejores. Ocho finales de Davis, seis de ellas en los últimos doce años. Acojonante. Nadal, Ferrer, Verdasco, Feli... quien sea. Eso sí, el doble que lo jueguen, si se arrastran no vale.
En basket, lo tengo claro. Son una panda de bestias los Navarro, Gasol, Calderón,R udy... Vinieron con otra mentalidad y con un talento que destroza al que lo dude. Se quedaron por el camino Carlitos Jiménez, Mumbrú, Garbajosa, Cabezas... y tienen gente que pide a gritos entrar como mi querido Chimpa Suárez. Y siguen hacia adelante. Si no son ellos mismos los que se descartan, nadie puede con ellos. Lo vió Serbia hace dos años y lo ha visto Francia hoy. Pero ojo, Serbia sigue trabajando y la selección EE.UU.-NBA nos espera.
Mi temor está en el banquillo. Scariolo es pura chapa y creo que se limita a no estorbar, hasta que llegue un partido de igual a igual... o haya que gestionar el relevo. Me temo que ahí vamos a ver cómo se despeña y el basket español con él. Ojalá me equivoque.
Mientras tanto disfrutemos. Hemos llegado y encima seguimos.
Un abrazo
Jesús (a.k.a. Abu)
Empiezo, y como yo me imagino como unos cuantos, a pensar en las finales como algo normal y temo vislumbrar la ausencia de títulos como un fracaso. Bendito temor. Ese que deben tener los equipos acostumbrados a lo más alto como Madrid, Barça, Milan, Manchester, etc. Exigencia, lo llaman.
Hace unos días escribía sobre una de nuestras glorias. El Atleti de Balonmano. Un buen ejemplo: Un equipo cuyo logro exterior había sido llegar, que no ganar. Eso era el deporte español a nivel de equipos. Supongo que aquella final ante la Metaloplastika allanó el camino para que el Ciudad Real, el San Antonio, el Valladolid o el Barça se hincharán a ganar títulos posteriormente.
Por eso cuando veo triunfos y finales por doquier quiero recordar aquellos domingos de Davis en los que nuestro sueño era que Casal hiciera la machada tumbando a Becker para llegar a semis. En el caso del baloncesto, esos partidazos ante Italia, Yugoslavia o la Unión Soviética para quedarnos apeados en cuartos y jugar por el quinto puesto cuando parecía que ese era el año.
Argentina volverá a ser el rival, esta vez en terreno patrio. Será en tierra batida y será ante un muy buen equipo: Del Potro tiene un Grand Slam y Nalbandián a lo mejor recupera ese tenis que muestra muy de tarde en tarde y que le podría haber llevado a ser, al menos de los mejores. Ocho finales de Davis, seis de ellas en los últimos doce años. Acojonante. Nadal, Ferrer, Verdasco, Feli... quien sea. Eso sí, el doble que lo jueguen, si se arrastran no vale.
En basket, lo tengo claro. Son una panda de bestias los Navarro, Gasol, Calderón,R udy... Vinieron con otra mentalidad y con un talento que destroza al que lo dude. Se quedaron por el camino Carlitos Jiménez, Mumbrú, Garbajosa, Cabezas... y tienen gente que pide a gritos entrar como mi querido Chimpa Suárez. Y siguen hacia adelante. Si no son ellos mismos los que se descartan, nadie puede con ellos. Lo vió Serbia hace dos años y lo ha visto Francia hoy. Pero ojo, Serbia sigue trabajando y la selección EE.UU.-NBA nos espera.
Mi temor está en el banquillo. Scariolo es pura chapa y creo que se limita a no estorbar, hasta que llegue un partido de igual a igual... o haya que gestionar el relevo. Me temo que ahí vamos a ver cómo se despeña y el basket español con él. Ojalá me equivoque.
Mientras tanto disfrutemos. Hemos llegado y encima seguimos.
Un abrazo
Jesús (a.k.a. Abu)
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