viernes, 1 de septiembre de 2023

Campeonas mundiales (y siempre con piedras en el camino)


Campeonas mundiales. Me he alegrado tanto o más que cuando se ganó en Sudáfrica en el 2010. Lo han hecho ellas prácticamente solas. Un logro en toda regla. Nadie les ha regalado nada, más bien todo lo contrario. Por el camino sólo han recibido incomprensión, apenas va gente a los campos y han tenido que sortear un montón de obstáculos, muchos de ellos puestos por la Federación. Sólo algunos aficionados y aficionadas les hemos acompañado en este camino quizá algunos periodistas voluntariosos...

Mola recordar como empecé a ir por casualidad. La noticia de que una veterana del Athletic (Tzibi Juaristi) fichaba como refuerzo para la fase de ascenso a la superliga femenina por el entonces Atlético Féminas y me acerqué al Cerro a ver el último partido de liga regular contra el Rayo B (las vallecanas tuvieron que jugar con las segundas camisetas del primer equipo masculino o, al menos, llevaban los números y los nombres de los jugadores). Luego llegó aquella final en L'Estartit y el ascenso, gracias a un gol de Jennifer Hermoso. Si estuvo el día del Rayo B no la recuerdo, no conocía a ninguna jugadora.

Los años pasaron y volví cuando fueron segundas en liga por primera vez y se metieron en Champions. Vélez, Tasun, Nenin Ricky,... me contaban sobre los partidos. Allí estaban Lola, Marta Carro, Amanda, Nagore, Vanesa, Priscila... y los que íbamos al Cerro eramos como una familia, lamentablemente pocos pero buenos. Aparte de tratar con las jugadoras en cada partido, allí conocí a muchos aficionados que hoy están entre mis mejores amigos. Alejandrito, Larby, Fernando, Mónica a la contra (la señora de tribuna), Felipe, Isra, Cristina, Mario, Mamen, Mónica (de Valdemoro)...

Ahí estaba yo viendo crecer aquel tinglado. El convenio que no llegaba nunca, la huelga, los partidos televisados por Gol TV a las 10 de la mañana, algún partido en el Calderón y otros estadios de primera. Aquel día que 63000 estuvimos en el Metropolitano. Pero la Federación se quedó con la liga, se rompió el contrato televisivo y el futbol femenino se convirtió en otro campo de batalla de la Liga contra la Federación. Hasta tuvimos huelga de árbitras, que tras años cobrando una miseria, se prestaron a un juego lamentable... mejor lo dejo. Os remito a mi entrada Liga F (Femenina no de Federación).

Pero también estaba la selección absoluta. Las selecciones juveniles comenzaban a triunfar. Se invertía poco pero se aprovechaba de un modo brutal. Sólo faltaba el plus competitivo de la liga. Los países europeos Alemania, Suecia, Francia, Noruega... nos llevaban años de ventaja, además de Estados Unidos. Pero varias jugadoras españolas habían salido a ligas extranjeras, Barcelona y Atleti empezaban a pasar eliminatorias de Champions. La liga crecía. La selección, sin presión, podía dar la campanada.

El mundial de Canadá fue muy raro, teníamos a Brasil en el grupo y ninguna experiencia. Pero algo pasaba. Lo supimos cuando las jugadoras se bajaron del avión. Los abusos de Quereda. Qué asco. Recomiendo verlo completo "ROMPER EL SILENCIO. LA LUCHA DE LAS FUTBOLISTAS DE LA SELECCIÓN". Ahí llegó el primer plante. Villar no quería, pero tuvo que intervenir. Jorge Vilda fue el recambio. 

El mundial de Francia fue el de la ilusión, el de mostrar experiencia. El de "a ver si... que la liamos". Hasta que se cruzaron con Megan Rapinoe (qué pelea con Marta Corredera) y sus compañeras de EE.UU. que luego ganaron sin discusión el mundial. Quien sabe qué hubiera pasado con otro rival. Si bien Vilda me dejaba dudas. No terminaba de ver el patrón de juego y parecían no estar bien preparadas.

Tras el Europeo (ilusionante a pesar de la derrota con Inglaterra, otra vez dudas con Vilda) otro plante. ¿Los métodos de Vilda? ¿Algo más? Sigo sin entender bien qué pasó. Unas se sumaron, otras no, otras volvieron. Al mundial de Nueva Zelanda y Australia no fueron las llamadas 12 jugadoras (Patri Guijarro, Mapi León, Sandra Paños, Claudia Pina, Lola Gallardo, Ainhoa Moraza, Nerea Eizaguirre, Amaiur Sarriegi, Leila Ouahabi, Laia Aleixandri, Lucía García y Andrea Pereira). A pesar de ello las que fueron, simplemente se salieron, salvo el partido contra Japón. Un equipo joven, sin miedo, con calidad y que era sólido atrás y solvente arriba. El título fue merecido. 

En el palco con sus gestos a la vista de todos y en la ceremonia de la entrega el despropósito con Jennifer Hermoso. No me quiero extender mucho. Protagonizado por un tipo que sólo tenía que acompañar y mantener la compostura. Luego esa asamblea infame y aquellos aplausos nauseabundos.

El fútbol se merece algo mejor. Y el fútbol femenino mucho más honesto y alejado de muchos manejos más todavía. Me aterra que todo esto sólo lleve a un lavado de cara, a dirigentes con cierta amabilidad pero sin cambios en el fondo. Ya que casi nos hemos olvidado del Mundial por este terremoto, lo mejor que puede pasar es una voladura de instituciones con los personajes que ahora las pueblan.

Mientras tanto, seguiremos yendo a los campos a ver a esas grandes mujeres. Os animo a que deis el paso. Lo necesitan. Merece la pena.

Un abrazo del Abu