Ahora que los nuestros han ganado la cuarta, es bueno, que antes de creernos los amos del mundo, nos acordemos de lo que éramos.
Recuerdo cuando la copa Davis era una serie de partidos que duraban un fin de semana en el que se jugaba un partido de dobles el sábado y se perdía el domingo.
Los comentaristas siempre hablaban de un par de finales perdidas en Australia en los tiempos de Santana y cada vez que empezaba el año, siempre se especulaba con las eliminatorias que se jugarían en casa (nunca entendía por qué unas veces tocaba fuera y otras en casa) y con los rivales, soñando con una final.
Recuerdo especialmente aquellos cuartos de final contra Alemania en el RCT Barcelona. Sergio Casal tumbó en el último partido al mismísimo Boris Becker. Supongo que fue ahí cuando me enganché. Lo malo es que luego nos tocó Suecia y nos fuimos a casa.
Luego, eliminaciones por jugar en canchas de materiales sintéticos como el Boltex, decisiones arbitrales discutibles (el ojo de halcón no era un cacharro que digitalizaba botes, sino simplemente un órgano de visión de un pájaro) y polémicas entre jugadores y capitanes. Recuerdo la de Santana y Orantes con Pato Álvarez, entrenador de Sánchez Vicario y Sergio Casal.
Los sesudos análisis decían que nos faltaba un primera línea, un líder. Llegaron a bajar a segunda división y se ascendió tras una eliminatoria en Israel. De ahí veníamos. Años sin hacer más que algún partido heróico y encima apeados del grupo mundial.
Y luego la historia que conocemos. Cuatro ensaladeras en 9 años. Costa, Ferrero, Corretja y Ballcells en el 2000, Nadal, Moya, Ferrero y Robredo en el 2004, Ferrer, López, Verdasco y Granollers en el 2008 y Nadal, Ferrer, López y Verdasco en el 2009. A todos ellos gracias.
Pero no nos debemos olvidar de los que se quedaron por el camino. Santana, Gisbert, Orantes, Gimeno, Arilla, Bruguera, Sánchez Vicario, Casal, Higueras, Avendaño... Grandes unos, medianos otros, que formando equipos mejores o peores que los actuales, nos hicieron llegar, aunque no llegaron... A ellos también gracias.
Personalmente, vuelvan a ganar o no, el año que viene, seguiré pendiente de los partidos del viernes, no me despegaré del dobles del sábado y confiaré en que si no es en ese, sea en el primer partido del domingo llegue ese famoso "punto de eliminatoria".
Un abrazo
Jesús (a.k.a. Abu)
Recuerdo cuando la copa Davis era una serie de partidos que duraban un fin de semana en el que se jugaba un partido de dobles el sábado y se perdía el domingo.
Los comentaristas siempre hablaban de un par de finales perdidas en Australia en los tiempos de Santana y cada vez que empezaba el año, siempre se especulaba con las eliminatorias que se jugarían en casa (nunca entendía por qué unas veces tocaba fuera y otras en casa) y con los rivales, soñando con una final.
Recuerdo especialmente aquellos cuartos de final contra Alemania en el RCT Barcelona. Sergio Casal tumbó en el último partido al mismísimo Boris Becker. Supongo que fue ahí cuando me enganché. Lo malo es que luego nos tocó Suecia y nos fuimos a casa.
Luego, eliminaciones por jugar en canchas de materiales sintéticos como el Boltex, decisiones arbitrales discutibles (el ojo de halcón no era un cacharro que digitalizaba botes, sino simplemente un órgano de visión de un pájaro) y polémicas entre jugadores y capitanes. Recuerdo la de Santana y Orantes con Pato Álvarez, entrenador de Sánchez Vicario y Sergio Casal.
Los sesudos análisis decían que nos faltaba un primera línea, un líder. Llegaron a bajar a segunda división y se ascendió tras una eliminatoria en Israel. De ahí veníamos. Años sin hacer más que algún partido heróico y encima apeados del grupo mundial.
Y luego la historia que conocemos. Cuatro ensaladeras en 9 años. Costa, Ferrero, Corretja y Ballcells en el 2000, Nadal, Moya, Ferrero y Robredo en el 2004, Ferrer, López, Verdasco y Granollers en el 2008 y Nadal, Ferrer, López y Verdasco en el 2009. A todos ellos gracias.
Pero no nos debemos olvidar de los que se quedaron por el camino. Santana, Gisbert, Orantes, Gimeno, Arilla, Bruguera, Sánchez Vicario, Casal, Higueras, Avendaño... Grandes unos, medianos otros, que formando equipos mejores o peores que los actuales, nos hicieron llegar, aunque no llegaron... A ellos también gracias.
Personalmente, vuelvan a ganar o no, el año que viene, seguiré pendiente de los partidos del viernes, no me despegaré del dobles del sábado y confiaré en que si no es en ese, sea en el primer partido del domingo llegue ese famoso "punto de eliminatoria".
Un abrazo
Jesús (a.k.a. Abu)
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