Un derby es uno de esos partidos que valen más que los tres puntos que la liga da al vencedor al final. Toda la semana estás pensando en el partido, en cómo vas a ir, a qué hora vas a quedar con los colegas y en si la policía no se excederá. Claro que también habrá quien quiera montarla...
Todos los días anteriores, te has hartado de oir comentarios al respecto de lo poco que vale como llegan los equipos al partido, pues son partidos tensos en los que muchas veces una jugada los resuelve. Como atlético, aunque me joda reconocerlo, la realidad de los últimos años, es que da igual como lleguen, al final se lo acaba llevando el Madrid. Porque esté bien, porque está más inspirado, por el árbitro, por un fallo del aleti, porque el Ronaldo o el Raúl de turno meten tres goles, para hacer un nuevo partido de su vida en el Calderón, o porque el Higuain de turno, que hasta entonces no ha hecho nada, tiene que meter su primer gol en España...
Pero vuelvo a mis recuerdos y a esos días. Es un día con sabor especial. Desde que te levantas, un hormigueo te recorre el cuerpo y no te puedes concentrar en nada. Las conversaciones son de futbol, acaban derivando en el futbol o se dan por concluidas, casi antes de empezar. Es imposible que alguien ignore el partido, bueno, los madridistas dicen que su partido importante es con el Barça, pero siempre vienen al Calderón con las mismas ganas. Sí, consideran al Aleti un inferior, pero interna o externamente le respetan... Recuerdo el debut de Agüero en el Bernabeu, salió desde el banquillo y el primer balón que tocó fue para intentar una internada... se quedó sólo, el mundo se calló a su alrededor.
El estadio estará a reventar. Habrá aficionados madridistas bien visibles en el fondo norte, pero muchos se diseminarán por el resto de las zonas, con algún distintivo más o menos visible. El futbol cada día se ha hecho más intransigente, si celebran un gol no faltará alguien que pretenda encararse, excusándose en alguna enrevesada interpretación del movimiento de un brazo o una pierna... Si hay suerte todo terminará ahí, si no, termina abandonando su sitio más o menos problemáticamente, lo cual tengo claro que no me parece justo... No tengo que darle mucho al tarro para ponerme en su sitio si me pasase en el Bernabeu.
Y la historia, ese gol, esa mano, esa ocasión que pudo valer un partido y se falló. Debates sobre aquel derby o aquel otro. ¿Cómo fue ese que ganamos? ¿Cómo pudimos perder aquel otro? ¿Y aquel año de...? ¿Dónde estaba yo, aún no era socio?
Y comenzará el partido. No sé vivir los partidos de otra forma. No paso por ser ningún tipo de aficionado discreto, a veces estoy más frio, como dormido, pero es imposible abstraerse del ambiente. En este caso, porque el equipo parece otro por lo visto ante el Chelsea, así que llevamos cierta ilusión, casi sin haber hecho más que perder partidos, lo mismo pero al contrario el Madrid. Cualquier fallo arbitral será el más escándaloso, cualquier error de un jugador será el más grave, cualquier muestra de desidia será un insulto a la camiseta y el gol... si llega será el gol de nuestras vidas.
¿Qué queda? Pues la vuelta a casa, destrozado, con la sensación, independientemente del resultado perpetrado, de que un nuevo partido nos ha dejado hecho unos zorros, bien por las copas de antes, por los sustos o los gritos de durante o por el duro paseo de vuelta a casa de después.
Los sesudos análisis y el resto de los tópicos que los hagan y los cuenten otros, que para eso están, yo estoy para sentir y si me dejan, para disfrutar...
Un abrazo
Jesús (a.k.a. Abu)
Todos los días anteriores, te has hartado de oir comentarios al respecto de lo poco que vale como llegan los equipos al partido, pues son partidos tensos en los que muchas veces una jugada los resuelve. Como atlético, aunque me joda reconocerlo, la realidad de los últimos años, es que da igual como lleguen, al final se lo acaba llevando el Madrid. Porque esté bien, porque está más inspirado, por el árbitro, por un fallo del aleti, porque el Ronaldo o el Raúl de turno meten tres goles, para hacer un nuevo partido de su vida en el Calderón, o porque el Higuain de turno, que hasta entonces no ha hecho nada, tiene que meter su primer gol en España...
Pero vuelvo a mis recuerdos y a esos días. Es un día con sabor especial. Desde que te levantas, un hormigueo te recorre el cuerpo y no te puedes concentrar en nada. Las conversaciones son de futbol, acaban derivando en el futbol o se dan por concluidas, casi antes de empezar. Es imposible que alguien ignore el partido, bueno, los madridistas dicen que su partido importante es con el Barça, pero siempre vienen al Calderón con las mismas ganas. Sí, consideran al Aleti un inferior, pero interna o externamente le respetan... Recuerdo el debut de Agüero en el Bernabeu, salió desde el banquillo y el primer balón que tocó fue para intentar una internada... se quedó sólo, el mundo se calló a su alrededor.
El estadio estará a reventar. Habrá aficionados madridistas bien visibles en el fondo norte, pero muchos se diseminarán por el resto de las zonas, con algún distintivo más o menos visible. El futbol cada día se ha hecho más intransigente, si celebran un gol no faltará alguien que pretenda encararse, excusándose en alguna enrevesada interpretación del movimiento de un brazo o una pierna... Si hay suerte todo terminará ahí, si no, termina abandonando su sitio más o menos problemáticamente, lo cual tengo claro que no me parece justo... No tengo que darle mucho al tarro para ponerme en su sitio si me pasase en el Bernabeu.
Y la historia, ese gol, esa mano, esa ocasión que pudo valer un partido y se falló. Debates sobre aquel derby o aquel otro. ¿Cómo fue ese que ganamos? ¿Cómo pudimos perder aquel otro? ¿Y aquel año de...? ¿Dónde estaba yo, aún no era socio?
Y comenzará el partido. No sé vivir los partidos de otra forma. No paso por ser ningún tipo de aficionado discreto, a veces estoy más frio, como dormido, pero es imposible abstraerse del ambiente. En este caso, porque el equipo parece otro por lo visto ante el Chelsea, así que llevamos cierta ilusión, casi sin haber hecho más que perder partidos, lo mismo pero al contrario el Madrid. Cualquier fallo arbitral será el más escándaloso, cualquier error de un jugador será el más grave, cualquier muestra de desidia será un insulto a la camiseta y el gol... si llega será el gol de nuestras vidas.
¿Qué queda? Pues la vuelta a casa, destrozado, con la sensación, independientemente del resultado perpetrado, de que un nuevo partido nos ha dejado hecho unos zorros, bien por las copas de antes, por los sustos o los gritos de durante o por el duro paseo de vuelta a casa de después.
Los sesudos análisis y el resto de los tópicos que los hagan y los cuenten otros, que para eso están, yo estoy para sentir y si me dejan, para disfrutar...
Un abrazo
Jesús (a.k.a. Abu)
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