Sí, de aquel partido en Haro han pasado casi dos vidas, pero lo dejas pasar y con un poco de suerte dejas de escribir sobre una gran temporada. Casi estamos con la siguiente pero me apetece sentarme a resumir sobre lo vivido. Dos de mis tres paseos a Neptuno en menos de un año se deben a esos locos blanquirrojos del futbol popular.
Era una liga corta y muy rápida. Probablemente una mala racha no se podría remontar. Nadie conocía el techo de este equipo. La clave eran los subgrupos y ser regular y el objetivo no volver a tercera. El miedo, que no saliese nada. Lo que le ocurrió al Haro. No hubo grandes diferencias. El Calahorra aprovechó sus partidos y no falló. El Tudelano dudó al principio, pero cuando encontró el golpe de pedal simplemente se salió.
La SDL apenas falló en casa, esa fue la clave, sólo Izarra y Tudelano ganaron en el Mundial. Fuera... digamos que se superaron la mayor parte de los malos momentos. El rendimiento bajaba pero apenas se fallaba y se puntuaba. Dolió perder en Calahorra, pero al igual que en el Mundial, el Tarazona a domicilio volvió a ser vapuleado en un puñado de minutos mágicos. Haro trajo la PRO en un gran partido.
Lo de después... bueno, no diré decepción. El objetivo estaba logrado con nota y llegar al ascenso con Amorebieta, Real y Athletic B era muy complicado. Aún así hubo buenos partidos y la última victoria en casa fue un final precioso.
¿El equipo? No quiero ser duro con los que aparecieron puntualmente o no pudieron añadir gran cosa frente a los que brillaron. Hoy quiero valorar la base del equipo. La segunda B de este año requería de soluciones rápidas y Aguilá las encontró. Había que ser sólido y saber matar. Nadar y guardar la ropa, vamos, pero con nota.
La defensa empezó con un gran portero. Jero fue un descubrimiento. Esas paradas que evitan males mayores o aseguran victorias. Caneda y Ledo la experiencia, Borja la defensa y el inicio del ataque, Chacón, ese jugador que te deja pensativo si no ha podido ir más allá de segunda. Loza cumpliendo cuando se le necesitó, y el comodín de Marcos Pirri.
En el centro la garra de Javito, pero un enorme Emilio, y ese golazo contra el Haro o el de Tarazona. Pero los rotos venían con Diego Esteban, más irregular, pero que supo aparecer y sobre todo con Calderón, que encajó como un guante en la banda del mundial.
Y en el ataque Imanol, quizá sin tanto gol, pero con todo el trabajo y el sacrificio y Juan Antonio, que fue una de las sorpresas más agradables cuando menos se esperaba.
Repito, no voy a ser duro con los que no aparecieron o simplemente no pudieron aparecer. Aguilá repartió oportunidades, pero ésta es la base del éxito. Una pena la pronta lesión de Cordovín. Espero que este año tenga más suerte.
¿El futuro? Una nueva organización de categorías bajas, saber si hay más ingresos y dejar atrás la pandemia. Saber no sacar los pies del tiesto y no hipotecar el futuro con decisiones arriesgadas ni extrañas. Confiar en Llona y en todos los que vengan para llenar los huecos. No habrá sorpresas, no hay clausulazos ni internacionales. Habrá trabajo y entrega y cualquier destello de calidad será muy bien recibido.
A los que se van, eternamente agradecido. Habéis puesto el sueño de los locos de la Puerta 0 y sus amistades como yo casi en categorías nacionales. Soñar fuerte mientras otros duermen. Agradecimiento especial a Albert Aguilá. Todavía le recuerdo en Las Rozas, yo en la grada esperando los autobuses y él sólo en aquel área junto al punto de penalty. Le imagino recordando sus momentos de jugador.
Personalmente, retomar esas jornadas de viaje de ida y vuelta a Logroño y volver a veros en la Laurel y en las Gaunas. El mérito está en vosotros, en los que mantenéis el equipo todos los días en la oficina y en los que váis a cada partido, llueva, truene o haga sol. Mi objetivo es volver a acompañaros y hablar en directo. Tirar de teléfono, si no hay más remedio...
Ah, y encima vendrán a Madrid. Aquí os espero. Toca seguir.
Aupa SDLog.
Un saludo del Abu
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