Yo creo que este debiera ser el slogan del próximo anuncio del aleti. Sin haber leído ningún periódico o escuchado tertulia alguna, me imagino que alguien haya podido tener la tentación de criticar los vaivenes de la afición del aleti en tan sólo 15 días. Es muy sencillo: Los aficionados al futbol (no creo que en esto los del aleti seamos raros) somos muy fáciles, olvidamos pronto. Las victorias hacen olvidar, pero no vale cualquier victoria, tiene que ser trabajada y sufrida. No vale la del tran-tran, es necesario eso que llaman “sudar la camiseta” y si ya le sumamos la heroica…
Yendo a lo visto en el partido y dejando los topicazos aparte (“esto sólo lo puede hacer el aleti”, “o hace lo más grande o la caga sobremanera”, etc…) tras la bronca del día del Sporting y la victoria en Sevilla, el tema merecía un pequeño margen de confianza. Pero duró poco, el Espanyol demostró rápido que ha ganado los últimos partidos porque ha conseguido armar un bloque. Los nuestros parecían tan carentes de ideas y de ambición como cualquier otro de sus días…
Pero aquí aparece el árbitro. Hay que reconocer que valorando su actuación en frío, su labor debiera haber pasado más desapercibida. Lo de Perea es de expulsión, el penalti de Pernía está bien señalado y si no se me olvida nada hay un penalti al Kun y anulan un gol al Espanyol que es correcto. Así que el tema está igualado. Pero la manera en la que expulsa a Perea (sin haber pitado y seguramente, ni visto nada y tras ver el desperfecto en el ojo del jugador del españolista) y la condescendencia ante las pérdidas de tiempo nos encendieron a todos.
Aún así, el penalti estaba bien pitado. GOL. Y un regalo a Jarque y 0-2. Gritos contra el palco y hasta contra el espectáculo del descanso… Pero ahí estaba Forlán y su enésimo pepinazo de fuera del área. Ya no sé cuantos van de esos, pero sí que lleva 27 goles… y verle ayer recuperar en defensa, construir en el medio, echarse a banda y centrar y rematar y sobre todo dejarse hasta la última gota… (¿echo algo en cara a la grada después de un partido? Lo habré soñado)
Se acabó el Espanyol y se acabaron sus aficionados (por cierto, otra afición a la que reconozco el mérito de aparecer en buen número un domingo a las 21:00 en el Calderón). Desmelenamiento y empate, porque el Kun se unió a la fiesta… a pase de Pernía. El partido se enfría y en el descuento aparece Simao para dejar al Forlán que eche la última gota de esfuerzo.
Tan solo 40 minutos antes estaba preguntándome por qué voy al Calderón cada domingo y por qué cada año renuevo el abono. No hay más que decir: Ayer el Uruguayo me volvió a dar la respuesta. Tal vez no sirva de nada porque quedan tres finales, sobre todo la del domingo próximo (otra vez a las 21:00) contra el Valencia y cualquier cagada puede suponer ser séptimos, pero ayer volví a entender el por qué de ciertas inconsciencias.
Una última nota: Banega. Ayer salió para ser el revulsivo. Tras cinco minutos parecía tan asfixiado como Forlán y Agüero. En Valencia sé que le esperan con los brazos abiertos.
Yendo a lo visto en el partido y dejando los topicazos aparte (“esto sólo lo puede hacer el aleti”, “o hace lo más grande o la caga sobremanera”, etc…) tras la bronca del día del Sporting y la victoria en Sevilla, el tema merecía un pequeño margen de confianza. Pero duró poco, el Espanyol demostró rápido que ha ganado los últimos partidos porque ha conseguido armar un bloque. Los nuestros parecían tan carentes de ideas y de ambición como cualquier otro de sus días…
Pero aquí aparece el árbitro. Hay que reconocer que valorando su actuación en frío, su labor debiera haber pasado más desapercibida. Lo de Perea es de expulsión, el penalti de Pernía está bien señalado y si no se me olvida nada hay un penalti al Kun y anulan un gol al Espanyol que es correcto. Así que el tema está igualado. Pero la manera en la que expulsa a Perea (sin haber pitado y seguramente, ni visto nada y tras ver el desperfecto en el ojo del jugador del españolista) y la condescendencia ante las pérdidas de tiempo nos encendieron a todos.
Aún así, el penalti estaba bien pitado. GOL. Y un regalo a Jarque y 0-2. Gritos contra el palco y hasta contra el espectáculo del descanso… Pero ahí estaba Forlán y su enésimo pepinazo de fuera del área. Ya no sé cuantos van de esos, pero sí que lleva 27 goles… y verle ayer recuperar en defensa, construir en el medio, echarse a banda y centrar y rematar y sobre todo dejarse hasta la última gota… (¿echo algo en cara a la grada después de un partido? Lo habré soñado)
Se acabó el Espanyol y se acabaron sus aficionados (por cierto, otra afición a la que reconozco el mérito de aparecer en buen número un domingo a las 21:00 en el Calderón). Desmelenamiento y empate, porque el Kun se unió a la fiesta… a pase de Pernía. El partido se enfría y en el descuento aparece Simao para dejar al Forlán que eche la última gota de esfuerzo.
Tan solo 40 minutos antes estaba preguntándome por qué voy al Calderón cada domingo y por qué cada año renuevo el abono. No hay más que decir: Ayer el Uruguayo me volvió a dar la respuesta. Tal vez no sirva de nada porque quedan tres finales, sobre todo la del domingo próximo (otra vez a las 21:00) contra el Valencia y cualquier cagada puede suponer ser séptimos, pero ayer volví a entender el por qué de ciertas inconsciencias.
Una última nota: Banega. Ayer salió para ser el revulsivo. Tras cinco minutos parecía tan asfixiado como Forlán y Agüero. En Valencia sé que le esperan con los brazos abiertos.
Un saludo
Jesús (a.k.a. Abu)
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