Drama nº1: El pasado
Recuerdo con mucho cariño cuando mi padre decidía ir al Calderón. Yo eché los dientes viendo a un equipo presidido por Vicente Calderón y entrenado por Luis Aragonés. Hoy en día, parece una broma cuando recuerdas aquellas alineaciones: Pereira / Mejías (Fillol estuvo un año y Abel apareció años después), Clemente, Ruiz, Arteche, Quique Ramos, Marcelino, Votava, Marina, Julio Prieto, Rubio, Pedraza, Cabrera, Hugo Sánchez (ahí estaba, yo no reniego de esos años, como hace él…), Pedro Pablo, Mínguez, Landáburu… Me dejaré unos cuantos (pido perdón).
Eran partidos (como bien decía mi buen amigo Tomi en su blog) en los que se jugaba al futbol y el equipo se vaciaba en el campo. El día que salía malo y/o que un rival era superior te lamentabas, pero casi nadie dudaba de que alguna fuerza o alguna idea se había quedado en el tintero. Eran jugadores con menos calidad que los actuales, indudablemente, pero sus carencias quedaban muy bien tapadas por un trabajo de equipo. Había errores defensivos, pero había colocación y disciplina táctica. Los entrenamientos servían de algo…
Pero mi padre no era socio y yo ni mucho menos… así que yo soñaba con uno de esos carnets que daban con una carterita roja y blanca que más parecían de la Cruz Roja que de un club de futbol. Por entonces había un lema de captación de socios: “Uno más uno, uno más”. Años más tarde mi primo se puso a trabajar, tras terminar el COU y además de tener pasta, se hizo socio. No sabéis que envídia.
Drama nº2: El presente
La historia comienza cuando Gil aterriza en el aleti. Fichajes y revitalización de una entidad que estaba arrinconada. Sospechas de amaño en su conversión a SAD y la eterna sospecha de que algún día Gil vendería el estadio y haría pisos (fíjate que a lo mejor va y se cumple).
A día de hoy sus herederos tienen al club en una no reconocida ruina y con un proyecto deportivo, en el mejor de los casos agonizante. Los partidos no voy a contarlos, pero una plantilla que podría ser competitiva no tiene ninguna capacidad de sacrificio ni disciplina y lo que es peor, nadie parece asumir responsabilidades ni tomar decisiones desde los despachos.
¿La afición? Pues, personalmente vuelvo a salir del Calderón cada partido, salvo honrosas excepciones, preguntándome a qué he ido. Sigo pensando que, como dijo Cerezo, somos culpables, pero no por, precisamente, ejercer nuestro derecho de crítica, si no por ser eternamente fieles (rayando el borreguismo) y no ejercerlo. Tal vez sea el momento de hacerles sentir lo que pueda pasar si no hay masa social, si no hay campo lleno… Alternativas hay y con lo que nos queda de temporada tenemos que ponerlas en práctica.
Drama nº3: El futuro
Personalmente, me queda la disyuntiva de meterme mi sueño en un bolsillo y no volver. Tantos años esperando mi carnet (que no fue con cartera roja y blanca, por cierto) y cabeza y las tripas me piden mandarlo a tomar por saco y convertirme en un atlético de pega, de esos que se contenta con ver algún partido por temporada bien pagando la entrada o aprovechando algún abono prestado y viendo el resto en la tele… Pero no, casi seguro que asumiré que soy gilipollas y me parecerá bien el equipo que formen para jugar liga y copa y a pagar los cerca de 500 euros que cueste el abono el año que viene.
En cuanto al club… pues eso. Habrá bajas, mucho rumor de incorporaciones y luego algún fichaje de medio pelo que nos deje cabreados nada más empezar… un año más. Es impensable que los Gil vendan el club a alguien que venga con nuevas ideas y otro aire y más todavía que den algún golpe de timón y se dediquen a hacer una gestión seria de un club de futbol.
No sé terminar de otra manera mi segundo post sobre el aleti. Ojalá me equivoque, pero así están las cosas y así me temo que van a terminar… Ah, y si viene una revolución inesperada y se llega a Champions... no, aprobado de esos que dejan muchas dudas al profesor. Y nada de celebraciones.
Recuerdo con mucho cariño cuando mi padre decidía ir al Calderón. Yo eché los dientes viendo a un equipo presidido por Vicente Calderón y entrenado por Luis Aragonés. Hoy en día, parece una broma cuando recuerdas aquellas alineaciones: Pereira / Mejías (Fillol estuvo un año y Abel apareció años después), Clemente, Ruiz, Arteche, Quique Ramos, Marcelino, Votava, Marina, Julio Prieto, Rubio, Pedraza, Cabrera, Hugo Sánchez (ahí estaba, yo no reniego de esos años, como hace él…), Pedro Pablo, Mínguez, Landáburu… Me dejaré unos cuantos (pido perdón).
Eran partidos (como bien decía mi buen amigo Tomi en su blog) en los que se jugaba al futbol y el equipo se vaciaba en el campo. El día que salía malo y/o que un rival era superior te lamentabas, pero casi nadie dudaba de que alguna fuerza o alguna idea se había quedado en el tintero. Eran jugadores con menos calidad que los actuales, indudablemente, pero sus carencias quedaban muy bien tapadas por un trabajo de equipo. Había errores defensivos, pero había colocación y disciplina táctica. Los entrenamientos servían de algo…
Pero mi padre no era socio y yo ni mucho menos… así que yo soñaba con uno de esos carnets que daban con una carterita roja y blanca que más parecían de la Cruz Roja que de un club de futbol. Por entonces había un lema de captación de socios: “Uno más uno, uno más”. Años más tarde mi primo se puso a trabajar, tras terminar el COU y además de tener pasta, se hizo socio. No sabéis que envídia.
Drama nº2: El presente
La historia comienza cuando Gil aterriza en el aleti. Fichajes y revitalización de una entidad que estaba arrinconada. Sospechas de amaño en su conversión a SAD y la eterna sospecha de que algún día Gil vendería el estadio y haría pisos (fíjate que a lo mejor va y se cumple).
A día de hoy sus herederos tienen al club en una no reconocida ruina y con un proyecto deportivo, en el mejor de los casos agonizante. Los partidos no voy a contarlos, pero una plantilla que podría ser competitiva no tiene ninguna capacidad de sacrificio ni disciplina y lo que es peor, nadie parece asumir responsabilidades ni tomar decisiones desde los despachos.
¿La afición? Pues, personalmente vuelvo a salir del Calderón cada partido, salvo honrosas excepciones, preguntándome a qué he ido. Sigo pensando que, como dijo Cerezo, somos culpables, pero no por, precisamente, ejercer nuestro derecho de crítica, si no por ser eternamente fieles (rayando el borreguismo) y no ejercerlo. Tal vez sea el momento de hacerles sentir lo que pueda pasar si no hay masa social, si no hay campo lleno… Alternativas hay y con lo que nos queda de temporada tenemos que ponerlas en práctica.
Drama nº3: El futuro
Personalmente, me queda la disyuntiva de meterme mi sueño en un bolsillo y no volver. Tantos años esperando mi carnet (que no fue con cartera roja y blanca, por cierto) y cabeza y las tripas me piden mandarlo a tomar por saco y convertirme en un atlético de pega, de esos que se contenta con ver algún partido por temporada bien pagando la entrada o aprovechando algún abono prestado y viendo el resto en la tele… Pero no, casi seguro que asumiré que soy gilipollas y me parecerá bien el equipo que formen para jugar liga y copa y a pagar los cerca de 500 euros que cueste el abono el año que viene.
En cuanto al club… pues eso. Habrá bajas, mucho rumor de incorporaciones y luego algún fichaje de medio pelo que nos deje cabreados nada más empezar… un año más. Es impensable que los Gil vendan el club a alguien que venga con nuevas ideas y otro aire y más todavía que den algún golpe de timón y se dediquen a hacer una gestión seria de un club de futbol.
No sé terminar de otra manera mi segundo post sobre el aleti. Ojalá me equivoque, pero así están las cosas y así me temo que van a terminar… Ah, y si viene una revolución inesperada y se llega a Champions... no, aprobado de esos que dejan muchas dudas al profesor. Y nada de celebraciones.
Un abrazo
Jesús (Abu)
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