jueves, 20 de mayo de 2010

2-0: Una pena

Eso es lo que me sale del alma cuando hecho un vistazo mental al partido de ayer. Un desplazamiento de mi gente sensacional, un papel en las gradas tremendo y un equipo que luchó y que estuvo a la altura del evento y de su gente. Pero ayer no tocaba...

Esto del futbol, lo he dicho muchas veces, va de meter goles y por injustos que sean o por pocas las ocasiones que se hagan para ello, no se le puede negar al que los consigue ni su mérito ni el premio.

El Sevilla de ayer tuvo suerte y pudo mantenerla. Podremos hablar de atentado contra el buen futbol o de saber nadar y guardar la ropa. El caso es que tuvieron pocas ocasiones, las aprovecharon y luego... bueno, se defendieron y nos olvidamos de sus, vamos a ser más deportivos, triquiñuelas.

El Aleti de ayer, o al menos a mí me lo pareció, trató de hacerlo bien, tocó la bola, llegó, trató de desbordar, pero no hubo suerte, se encontraron a Escudé, a Schilachi, a Palop o no estaban frescos. No hay que darle más vueltas. Lo que salió en Hamburgo en el último minuto ayer se torció y se convirtió en una escapada de Navas que con habilidad y suerte mató el partido.

Ahora diremos que las promesas son jóvenes y hablaremos de las carencias del Aleti, que ya tenemos muy vistas. El Sevilla es superior, más hecho como equipo, más compensado, blah, blah. El partido no fue bueno, etc.

Pero hoy tengo que ser optimista. Ya habrá tiempo de analizar friamente toda la temporada y de pensar en bajas y ventas y en el nuevo Aleti. Esperaba poco de este grupo y me han hecho ilusionarme. Además de esa ilusión, tenemos un título europeo que se queda para siempre y el pase a competición europea para el año que viene.

Tengo que agradecerlo porque es justo y porque se ha cumplido lo que he pedido durante la temporada. Que se dejase todo en el campo y que se jugase al futbol y se ha hecho.

Del partido de ayer, me vuelvo a quedar con los paradones de de Gea (a mí no me parece tanto fallo suyo el gol de Capel, como he escuchado esta mañana), la lucha de Ujfalusi, Reyes y Forlán, no tan afortunados ni frescos, pero que lo intentaron. Y Jurado parece que se asienta.

Lo dicho gracias a los que fueron a Barcelona y gracias a los que jugaron. Sólo el sueño ya merecía la pena, una vez más en el partido más bonito de la temporada: La Final de Copa.

Mis felicitaciones al justo (según la justicia del futbol) campeón: El Sevilla F.C.

Un saludo

Jesús (a.k.a. Abu)

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