Habrá tiempo para hacer resumen, pero como he escrito poco sobre el Atleti, la tentación más allá del lamentable partido de ayer en Pamplona, es revisar un poco lo que ha sido tendencia en las últimas jornadas, especialmente fuera de casa. Es una pena que en este tramo hayamos vuelto a caer en lo que ya vimos el año pasado.
Ayer la entrevista a pié de campo mostró a un Koke serio. A la pregunta de la causa del juego soltó un "no lo sé" con gesto incómodo. No lo quiere decir. El equipo renuncia fuera de casa. Es cierto que la temporada es radicalmente distinta al año pasado y estas renuncias (borrarse, desidia, pasear... podéis elegir) son un colofón que no puede ocultar el cambio, pero sí lo empaña.
Mirando atrás, la temporada tuvo un momento parecido, pero la aparición disruptiva de Giuliano Simeone rompió, más bien reventó, lo que parecía tendencia depresiva, además de la extraordinaria situación física que llevó a marcar diferencias y goles al final de los partidos (mérito de Luis Piñedo). Llegaron los triunfos y incluso el liderato. Pero poco queda de eso. Ni siquiera Giuliano, desconozco si tiene otras labores o que ya el físico no le da.
¿Son los jugadores? ¿Es Simeone? Koke también habló de contundencia en las áreas y si bien es cierto que atrás el equipo no es tan seguro arriba apenas llega. De hecho el partido de ayer mostró un equipo incapaz de tener éxito en los pases en profundidad en campo rival, especialmente de tres cuartos hasta la portería.
Todos vimos las carencias en los fichajes. No fue sólo lo que no vino, sino que lo que ha venido no se ajusta a las necesidades. La sensación es que faltan piernas, hambre y calidad. No hemos vuelto a la casilla de salida, pero... uffff, es tentador decir que hay una revolución pendiente. A pesar de todo lo bueno, un equipo humilde con empuje y orden como Osasuna (fue el Benfica en esa primera mala época también) te puede reducir a cenizas.
Así que no puede ser. Porque no es un mal día, porque puede sonar a tendencia y parecer un techo de cristal. Griezmann no aporta, Sorloth no remata más que una, Julián muere de inanición, Correa ni sonríe... no no es contundencia. No hay fútbol y eso acojona. Y no vale decir que no nos jugábamos nada, que el objetivo ya está conseguido. No me vale que no sepan por qué o que pidan perdón. No puede ser.
Un saludo del Abu