martes, 23 de octubre de 2018

25 años echándoos de menos

Este cuento no puede empezar por el principio. Eso de "érase una vez..." era una bonita serie, pero  creo que no es muy necesario o por lo menos ahora mismo no viene al caso. Quizá más tarde. Ya veremos.


El final de nuestra historia tampoco es un spoiler, porque ni mucho menos es el final y allí estábamos una buena parte del público objetivo, así que se puede contar. Pero la verdad es que no ha habido un telón, ni un "the end" de esos con los que acababan las películas. A estas horas lo que ha quedado en pantalla, en espera de próximos episodios, es "qué pasada, cómo os echaba de menos"

Los personajes de esta historia fueron apareciendo bien en directo o bien porque se les recordó, porque nos acordamos de todos. Ahora, borrachos de la emoción (que no del alcohol y si es así me lo contáis) ya pensamos en la próxima. Molaría.

Como esta historia empezó allá por el 81 y muchos no nos habíamos visto desde que dejamos el cole, había mucho que ver, que preguntar y que contar. Aquellos que se preguntaron "¿ahora qué?" antes de tiempo (bueno, o no les dieron más opción) y un septiembre no aparecieron. Hubo grupos y quien no encajaba... O simplemente el ritmo académico. Casuística para todo. Poned aquí lo que queráis. El caso es que tras años en los que un trimestre duraba más que un año actual, el "¿ahora qué?" llegó para todos y el cole se acabó.



Así que cuando ese grupo organizador al que le estaré eternamente agradecido empezó a dar la matraca con quedar en el cole en una fecha tras el verano, aparecieron las dudas. ¿Conoceré a alguien? ¿Pintaré algo allí? ¿Irá alguno de los que trato todavía hoy? Espérate, esos findes que comentan creo que tengo curro o algo que hacer. Pero si no me llevaba con... Mira esa foto, en la que no estoy... joé, si es una fiesta a la que no fui...

Pero la matraca seguía, así que personalmente consideré que lo peor que podría pasarme era volverme a casa pronto tras un par de bostezos. Por cierto, nadie me vino con un "no hay huevos a..." ni un "no te atreves...", aquello no era una apuesta ni un riesgo. En casa no se escuchó ni el "tú verás" ni el "te dejo las maletas en la puerta si se te ocurre irte". Supongo que el destino abría la puerta y eso.

Como no participé en la organización (repito, eso quedó en manos de gente seria y experta, muy agradecido) me conformé con mover el árbol para quedar prontito, cuando me enteré que había posibilidad de misa en el programa. Seguramente el personal ya había caído en las cerves previas y lo iban a hacer igual, pero mi aportación a la causa, además de apuntarme dos veces en el famoso doodle ha quedado para los anales del whatsapp por pesado.



Personalmente fue el mejor momento. Como el personal apareció por goteo en la Piñata pudimos saludarnos con toda la calma. Luego ya no fue lo mismo, no sé, es una tontería pero no das un achuchón al primero  o primera que pasa de la misma forma con todos mirando, cosas mías.

En fin, las fotos, los lugares del colegio, las anécdotas... fue un acierto ir. Tuve mis dudas y comprendo a los que decidieron no abrir la puerta que quedó atrás. Seguramente muchos hoy, más de los que lo han manifestado, lo lamentan. A lo mejor no... No sé.

No hubo más reproches que los dichos y asumidos con cariño. Todo quedó atrás. Era un universo muy reducido que crecía cada momento. Una pelea entonces es un grano de arena hoy. Moló recordar, moló preguntar cómo te va, qué te pasó, cómo acabaste... Y moló hacerlo con los de siempre y con los que viste pasar y apenas hablaste en aquellos tiempos.

¿El colegio? Personalmente entiendo a los que lo sufrieron más allá de lo debido. Espero que el actual Virgen de Mirasierra haya comprendido que hay que ayudar más que buscar el prestigio intentando borrar al discordante. 



Una pena no poder jugar con las bolas de papel de aluminio en los agujeros de desagüe de la grada que estaba cerrada o hacer el recorrido de la pared del salón de actos porque lo han tirado (por cierto, nunca pasé del primer metro, hubiera sido un triunfo para contar en casa). Ya no hay arenero, ni están los viejos baños con la fuente en la que tenías que tapar agujeros de los cañitos para beber sin chupar...

Pues eso, que queda historia. Que gracias al A, al B, al C, al coro, a los profesores que merecieron la pena. A los que vinisteis, a los que no pudisteis y a los que no se pudo localizar. A los que no vinieron... atreveros si hay próxima. Mereció la pena. 

A Jesús, Pepe, Silvia, Sandra, Yuri y Bárbara (espero no dejarme a ningún organizador), como decimos los futboleros, verdadero honor. No hay manera de agradeceros. Quiero pensar que lo disfrutasteis tanto o más que el resto de los que pasamos por el cole, la Raqueta y/o el Mufasa.

Nada más. Si se da la ocasión y se conjunta el esfuerzo de organizadores con Plutón, la galaxia de Andrómeda y el Cometa Halley allí estaré o lucharé por estar. Sinceramente no tenía ni idea de cómo os echaba de menos.