Veamos a ver si lo resumo:
a) Una plantilla que no funciona, con recursos de al menos aparente calidad incluso contrastada.
b) Un entrenador que parece andar muy perdido, sin soluciones ni asomo de tener control alguno.
c) Una afición que quiere creer, que se deja llevar que elige salvadores y culpables casi a ciegas.
d) Una parcela deportiva llevada por personas de cierto renombre incapaces de salirse del guión.
e) Una propiedad y unos dirigentes indiscutibles... porque no merecen la pena.
Y cada año renunciando a metas antes, porque la situación se pudre con más rapidez que el año anterior.
Podría enrollarme con cada uno de los argumentos. Podría copiar aquello que muchos juntaletras dedican ahora sí (la cangrena vende) en las tertulias deportivas de los medios. Hablan de falta de proyecto, de la bicefalia, de la falta de respaldo de si toma las decisiones uno u otro, de si no hay dinero, del fondo de inversión, de la venta forzada de algún jugador...
Y da igual. Porque cada año la situación es la misma. El Aleti no tiene suerte. Elige a los peores entrenadores y a los jugadores más vagos. ¿Y qué nos viene? El entrenador milagro y el fichaje del jugador que falta. Ambas piezas nos llevarán a la Champions League... aunque el Madrid y el Barça ya nos doblen en puntos. El Aleti es así.
Pero no, el Aleti tiene dos problemas ciertos. Los propietarios y los aficionados. Los propietarios sólo se preocupan de castillos en el aire, bueno, sobre terrenos sin urbanizar o sobre pseudoestadios olímpicos. Eso y fabricar cortinas de humo y fichar tontos útiles que se lleven el fuego.
Los aficionados eluden la crítica de lo básico, se quedan con la imagen heroica del eterno sufrimiento, fabrican falsos héroes como Reyes y devoran culpables prefabricados como el entrenador de turno y el futbolista traidor al proyecto (Agüero, Forlán, Torres...). Añadamos el "puta Sevilla", el "Cristiano muérete" y el "Raul es un borracho" que garantizan animación y ambiente total.
Los atléticos tenemos lo que nos merecemos y más si seguimos dando nuestro apoyo incondicional a este bucle del despropósito.
Un abrazo
Jesús (Abu)
a) Una plantilla que no funciona, con recursos de al menos aparente calidad incluso contrastada.
b) Un entrenador que parece andar muy perdido, sin soluciones ni asomo de tener control alguno.
c) Una afición que quiere creer, que se deja llevar que elige salvadores y culpables casi a ciegas.
d) Una parcela deportiva llevada por personas de cierto renombre incapaces de salirse del guión.
e) Una propiedad y unos dirigentes indiscutibles... porque no merecen la pena.
Y cada año renunciando a metas antes, porque la situación se pudre con más rapidez que el año anterior.
Podría enrollarme con cada uno de los argumentos. Podría copiar aquello que muchos juntaletras dedican ahora sí (la cangrena vende) en las tertulias deportivas de los medios. Hablan de falta de proyecto, de la bicefalia, de la falta de respaldo de si toma las decisiones uno u otro, de si no hay dinero, del fondo de inversión, de la venta forzada de algún jugador...
Y da igual. Porque cada año la situación es la misma. El Aleti no tiene suerte. Elige a los peores entrenadores y a los jugadores más vagos. ¿Y qué nos viene? El entrenador milagro y el fichaje del jugador que falta. Ambas piezas nos llevarán a la Champions League... aunque el Madrid y el Barça ya nos doblen en puntos. El Aleti es así.
Pero no, el Aleti tiene dos problemas ciertos. Los propietarios y los aficionados. Los propietarios sólo se preocupan de castillos en el aire, bueno, sobre terrenos sin urbanizar o sobre pseudoestadios olímpicos. Eso y fabricar cortinas de humo y fichar tontos útiles que se lleven el fuego.
Los aficionados eluden la crítica de lo básico, se quedan con la imagen heroica del eterno sufrimiento, fabrican falsos héroes como Reyes y devoran culpables prefabricados como el entrenador de turno y el futbolista traidor al proyecto (Agüero, Forlán, Torres...). Añadamos el "puta Sevilla", el "Cristiano muérete" y el "Raul es un borracho" que garantizan animación y ambiente total.
Los atléticos tenemos lo que nos merecemos y más si seguimos dando nuestro apoyo incondicional a este bucle del despropósito.
Un abrazo
Jesús (Abu)